2 DE ABRIL
El día de los veteranos y caídos en Malvinas es, de los todos los hechos históricos, el que más nos cuesta recuperar en su dimensión, quizá por ser el más reciente.
Hay una novela llamada Los Pichiciegos del escritor Fogwill. Fue publicada unas semanas después del fin de la guerra y pasó sin pena ni gloria, porque era un tema que la gente quería olvidar por todo el dolor y la angustia que todavía generaba.
Los pichiciegos cuenta la historia de un grupo de desertores argentinos porque no quiere instalar una épica nacional de la guerra, quiere denunciar el abandono del gobierno de facto para con nuestros soldados. Ellos (los pichis) no son héroes en el sentido tradicional de la palabra; son héroes porque tienen que luchar contra el frío y el hambre en medio de unas islas asoladas por los enfrentamientos entre dos países. Muchos de estos personajes son chicos de 18 o 19 años que extrañan la comida de sus madres, las juntadas con amigos o estar con alguna novia. Eso que extrañan es lo que les da esperanzas para intentar sobrevivir.
La denuncia de Fogwill es clara: La guerra injusta es la continuidad de las injusticias cometidas en el continente. El mejor homenaje que podemos hacerles hoy a los veteranos y a los caídos es mantener viva su memoria.